Lo
conocí por casualidad, un desconocido que se me cruzó por la calle y ha resultado
ser una de las personas más importantes en mi vida.
Tiene
los ojos marrones, es alto y con un cuerpo bien formado. Mirada penetrante y
siempre parece que te quiere decir algo con los ojos.
Facciones
angulosas, labios carnosos y boca sensual. Sus manos son fuertes y grandes.
Considera que esta bien dotado y no tiene problemas en decirlo, aunque en el
fondo se siente muy vulnerable.
Divorciado,
tiene alergia a las relaciones duraderas y le encanta el sexo, hablar de él y sobre todo practicarlo. Las mujeres son el centro de su
vida. A veces piensa que puede resultar un poco pedante, pero no le importa.
Hace en cada momento lo que le apetece. No tiene que darle cuentas a nadie.
Le
gusta ir de flor en flor. Con cada una vive una experiencia distinta, cada una tiene algo peculiar y distinto a las demás que le
gusta. Está acostumbrado a ir con mujeres bandera, preciosas y físicamente
perfectas, pero se nota cansado de esa perfección. Quiere conocer a mujeres
reales, mujeres de verdad, que le aporten algo más que solo sexo.
Últimamente
ha cambiado, puede que por la edad, ahora está más tranquilo, busca una persona
especial. Bueno quizás no la buscara, pero la ha encontrado.
Y yo le
aporto eso, la independencia de no tener un compromiso, la tranquilidad de
saberse amado, de disfrutar del sexo sin tapujos y libremente. Y... amor. Un amor que hace tiempo no
experimentaba, pero como más le gusta a él: sin ataduras, sin compromisos. Conmigo siente que puedes ser él mismo y que no
necesita disimular.
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