sábado, 30 de marzo de 2013

SÓLO MÍO

Durante toda la semana mi cabeza hervía pensando en el trio del sábado. Me sentía extraña, a la vez muy excitada, feliz y contenta conmigo misma de haber hecho algo que en mi vida había pensado que podría hacer. Pero de vez en cuando me invadía un sentimiento terrible de culpa. Mi conciencia me martilleaba constantemente, aunque intentaba dejarla a un lado.

No estaba muy segura de querer ver a David el fin de semana. Ni siquiera me había llamado, seguramente pensaba que estaba un poco incómoda con lo de Ana. Durante unos días me invadieron las dudas, ¿Quiero seguir por ese camino? ¿Quiero seguir arriesgando mi matrimonio?

Cuando llegó el sábado ya tenía decidido ir a verle, pero por esas cosas que pasan, mi marido perdió su vuelo y tuvo que posponer el viaje. Por lo que tuve que pensar una excusa para salir de casa sin levantar sospechas.

Me vestí con mis vaqueros y mi camiseta y le dije que tenía que salir un par de horas para hacer unas compras, me miró de arriba a abajo. En ese momento me di cuenta de que sospechaba algo, y sabía que en el fondo le importaba, pero que iba a seguir dejándome hacer mi vida. Sentí una punzada de dolor cuando me di cuenta que deseaba que reaccionara, que me cogiese en brazos y me besara como hacía antes.

Pero cogí aire y no hice caso a mis pensamientos, ahora era una mujer nueva, con nuevas inquietudes y nuevas experiencias.

Me presenté en casa de David más tarde de lo habitual, seguramente ya no contaba conmigo, así que sería una sorpresa. 

Cuando abrió la puerta descamisado y le vi con sus vaqueros rotos, medio desabrochados y marcando paquete, todas mis dudas se fueron, como siempre, tenía un efecto tranquilizador en mí.

Hablamos un poco, intenté medio excusarme por no ir vestida como a el le gustaba pero me dijo que daba igual, que le parecía igual de sexy con vaqueros. Mi ego se hinchó como un globo.

Nos besamos, al sentir sus brazos rodear mi cuerpo y su lengua en mi boca, mis células reaccionaron al instante. Realmente no tenía la libido como otros días, pero él era mi afrodisiaco particular.

Puse mi mano en su paquete, para disfrutar de nuevo de su magnifico miembro, le desabroché el pantalón y le metí mi mano dentro. Estaba muy excitada al tocarle, tan caliente, sólo para mí hoy.

David metió su mano por mis pantalones y me tocó, pudo notar que estaba muy excitada, con cada movimiento suyo nuestras lenguas se fundían en una.

-Hoy me apetece hacer algo distinto, ¿te apetece un baño?,le dije.

Se separó de mi con dificultad, no quería soltarme. Me dirigí al baño para llenar la bañera con agua  y mucha espuma. Me quité la ropa y suavemente me metí en el agua, soltando un pequeño gemido por el placer de tener mi cuerpo en ese líquido caliente.

Cogí una esponja y empecé a enjabonarme, despacio, disfrutando de cada centímetro de mi cuerpo. No me di cuenta durante un rato, pero David estaba apoyado en la puerta mirándome con sus ojos como platos.


Sonrió y se acercó para meterse conmigo en el agua, nos besamos, nos acariciamos y nos abrazamos sin decir nada, tan dulcemente que nos quedamos traspuetos. Decidí hablar con él y contarle como lo había pasado el sábado.

-Lo pasé muy bien, pero no sé si quiero repetirlo, me he quedado un poco descolocada. Supongo que será por la falta de costumbre, nunca había hecho algo así, pero tu me llevas a unos lugares desconocidos para mí y no me puedo negar. Te confieso que en momentos puntuales sentía celos de Ana, sé que se trata de eso, pero no me gustó ver como mi hombre se follaba a otra. Aunque pudo más la excitación que lo demás. 

Supongo que es algo que tengo que quitarme de la cabeza si quiero seguir follando contigo. Sé que no quieres a tu lado una persona que te ate, todo lo contrario. Y de verdad que lucho con este sentimiento de posesión que me invade a veces, pero no lo puedo evitar. Te quiero solo para mí, al menos cuando estás conmigo. El resto del tiempo puedes hacer lo que quieras, lógicamente, no tengo derecho a otra cosa. Además ese era el acuerdo ¿no?, nada de sentimientos, sólo follar. Pero que sepas que es culpa tuya, si no me trataras tan bien, ni fueras tan jodidamente encantador, no me pasaría eso.Bueno, no te aburro más con mis historias.

Me levanté de su lado y me puse a horcajadas encima de el dándole la espalda, y cogí su polla entre mis manos. La miré un segundo y desee tenerla dentro, le guié un poco y enseguida supo mis intenciones, me la metió por detrás fácilmente, supongo que por el jabón, y de mi garganta salió un gemido.

Tenerlo dentro de nuevo era como tocar el cielo, sentir como se movía dentro de mí era la sensación más grande de plenitud que había sentido nunca.
Entonces se apartó.

-¿Te parece si vamos a la cama?

No dije nada y me puse de pie, no quería perder ni un segundo discutiendo. Me cogió con sus brazos y me sentí tan ligera entre sus brazos como una pluma, me abracé a su cuello y le besé suavemente.

Fuimos a la habitación y follamos como hacía mucho que no lo hacíamos, más que follar era hacer el amor, notaba su ternura y su pasión.

Nos movíamos muy rápido y muy fuerte, casi perdí la consciencia por el placer, solo podía sentir como me investía cada vez más fuerte, cada vez más dentro.

-Más fuerte- grité, ni yo misma me lo creía. En esos momentos no era yo, era sólo un cuerpo lleno de él que quería más y más.

Se puso detrás de mi, y así consiguió llegar a mi punto g,iba a explotar, mis caderas se movían adelante y atrás, arriba y abajo, sin control ninguno, sólo siguiendo sus movimientos. Y sacó la fiera que hay dentro de mí.

Perdí la cuenta de los orgasmos que tuve, no sé si fueron varios o fue uno, tan largo y profundo que cuando nos corrimos los dos quedamos agotados. 

Me abrazaba por la espalda y después de correrse seguía dentro de mí. Mis caderas seguían moviéndose en pequeños espasmos, él me abrazaba y me besaba el cuello. Podia sentir su respiración agitada.

No sé cuanto tiempo estuvimos así, pero cuando recobré la consciencia, me sentí la mujer más afortunada del mundo. Sentí que, aunque David nunca lo ib a admitir, nuestra relación se estaba convirtiendo en algo más.

jueves, 21 de marzo de 2013

MÁS CALIENTES QUE NUNCA


Pasó la semana sin que tuviera noticias de Eva. Pensé en llamarla, pero una voz interior me decía que no lo hiciera. 

Después de la experiencia del sábado me imaginé que aún estaría digiriéndolo. Empezaba a conocer a Eva y sabía que había disfrutado como una loca, pero también sabía que con el paso del tiempo, al enfriar, iba a surgir en ella un sentido de culpabilidad.

Así que esperé a que tomara la iniciativa. Mientras,  pasé la semana muy, muy caliente, recordando imágenes de aquel trío que nos habíamos montado. 
Me excitaba sobre todo el recordar cuando las dos casi se peleaban por chupar mi polla, el cómo se besaban... Me pasé toda la semana masturbándome pensando en ello. El viernes paré pues debía reservarme para el sábado.

Llegó ese día, eran las cinco y no aparecía. Empecé a ponerme nervioso. A eso de las seis Eva picó a mi puerta.Venía vesida con los mismos vaqueros y camisa que había llevado a la sesión fotogáfica. 

-Hola David.Siento llegar tarde, pero mi marido ha perdido el avión y ha tenido que quedarse en casa y posponer su viaje para mañana, así que le he dicho que me iba a hacer unas compras. No he podido ponerme la ropa que te gusta, no he querido levantar sospechas.

-No seas tonta, estás igual de sexy que siempre. Además ya te dije el otro día que me ponías en vaqueros. Me acerqué a ella y le toqué el culo a la vez que la besé en la boca.Noté a Eva un poco reticente, fría.

-¿Sabes?, hoy vengo con la libido un poco baja, así que... suave.
-Eso tiene fácil arreglo, le dije acercándome y besándola en el cuello. Ella se dejó hacer, pero no respondía a mis caricias como otras veces.  Así que insistí. Poco a poco noté como su respiración de E se volvía más agitada.

-Eres la ostia.¿Tú nunca tienes bajones?, me dijo.
-Sabes que llevo toda la semana esperando para poder comerme este precioso cuerpo.

Entonces inesperadanente noté como Eva ponía su mano en mi paquete y empezaba a magreármelo a la vez que me metía la lengua hasta el paladar. Mi pene se puso a tope en cuestion de décimas de segundo. 

Esto hizo que ella también se excitara y comenzó a bajarme la cremallera de los pantalones para meter su mano y sacar mi polla.Yo hice lo mismo con su pantalón y metí mi mano por dentro de la bragas, buscando su coño, que aún estaba seco.Empezamos a tocarnos. Eva me dijo:

-Hoy no tengo mucho tiempo y me gustaría hacer algo más relajado. ¿Te apetece que nos metamos en la bañera, nos demos unos masajitos y después...lo que surga?
-De acuerdo, si eso es lo que te apetece.

Nos separamos, yo con el gran calentón.Dejé que Eva fuera al baño a preparar la bañera.Mientras fuí a por unas toallas y velas para crear un ambiente más íntimo y agradable.

Cuando volví ví que Eva ya estaba metida en la bañera, disfrutando del agua. Esperé un poco y me dediqué a mirar lo que hacía. Me fijé detenidamente en su hermoso cuerpo. Me encantaba  ver cómo se acariciaba, al enjabonarse.

No esperé más y me metí con ella. No nos dijimos nada. Nos enjabonamos, nos acariciamos, nos abrazamos...Casi nos quedamos dormidos.

-¿Sabes?, el otro día me lo pasé de miedo. Me dijo.No pensé que una mujer me haría sentir tanto placer. El hacer esas cosas con Ana me ha abierto la mente...pero no sé si estoy segura de querer repetirlo.

Entonces Eva, como en un confesionario, comenzó a contarme todo lo que había sentido ese día. La verdad, aunque  ya me suponía algunas cosas, no me imaginé que Eva se abriera tanto ante mí. Yo escuchaba, sin decir nada. Entonces me miró y dijo:

- Supongo que te estoy aburriendo con mis cosas. Ya sé que el trato es follar y follar, pero de vez en cuando necesito comentar contigo mis experiencias y sensaciones nuevas. Además tú eres el culpable, si no te hubiera conocido no habría pasado todo esto.

Pensé que estaba enfadada, pero cuando se levantó para sentarse a horcajadas sobre mí, dándome la espalda,  y cog mi polla para empezar a meneármela, me dí cuenta de que no lo estaba. Cuando vio que yo  estaba a punto de caramelo, me dijo:

-Quiero que me la metas hasta el fondo, quiero echar un polvo de cien. El otro día se la metiste a Ana y me dejaste sin nada. Así que David, échame el polvo del siglo.

Dijo esto mientras con su mano derecha  intentaba meter mi polla en su coño. Me reincorporé pues veía que Eva estaba superescitada y no quería fallar.Así que tal como estaba se la metí por el detrás

No sé si era por el jabón o porque ella estba húemda, el caso es que mi pene entró hasta el fondo, uno de los puntos más sensibles de Eva. Así que gimió de  placer y empezó a mover su culo para aumentarlo.

La verdad es que echar un polvo en la ducha siempre me ha resultado un poco incómodo, sobre todo cuando los cuerpos están muy enjabonados, así que le dije a Eva que mejor nos íbamos a la cama.

Salimos de la ducha y cogiéndola en brazos me la llevé a la habitación, la tiré sobre ella y salvajemente la abrí de piernas. Mi polla estaba a cien. Eva la miraba golosona, mordiéndose los labios

Se la metí, sin prolegómenos. Lanzó un alarido de placer mitad verdad, mitad ficción. Los dos nos revolcamos por la cama con mi polla dentro de su coño. Dejé que Eva llegará al máximo, miraba su cara, tenía los ojos en blanco. No paraba de decir: "más fuerte,más fuerte".Así que me lancé furiosamente sobre ella.

-Más a fondo, más fuerte, mierda de polla.¡No siento nada! Casi prefiero las manos de Ana...o su lengua.

Un poco mosqueado le dí la vuelta y se la metí por detrás, empleando toda mis energías en ello. Eva jadeaba como nunca la había visto.

Hasta que al fin nos corrimos los dos. Fue una sola corrida, pero duró como varios minutos. Fue algo interminable. Los dos estábamos rojos, a punto de explotar. Por fin nos desinflamos y caimos exhaustos.

Al poco Eva me dijo:

-No ha sido el polvo del siglo, pero casi.
-Menos mal que venías con la libido baja. 

Se rio.




martes, 12 de marzo de 2013

¿UN TRÍO? . Parte II



Allí estaba yo, abrazada a una mujer completamente desnuda y mirando la cara de alucine de David.


-He pensado que podíamos hacernos unas fotos juntas, ¿Te parece?


David casi no fue capaz de articular una palabra, hasta que dijo –De acuerdo- con un hilo de voz.


Ana me cogió de la mano y me tiró encima de la cama, empezamos a hacer poses las dos, haciendo un poco el tonto y riéndonos, pero yo la miraba sin que se diera cuenta y cada vez me gustaba más.


Nuestro fotógrafo tiraba fotos compulsivamente, no sé si se estaba fijando ni siquiera en la técnica ni si saldría alguna bien, parecía que tenía el dedo pegado al disparador.


-Preciosas pero podríais tocaros un poco, y juntaros más, para variar.


Me quedé un poco parada, la verdad es que no me atrevía mucho, David se dio cuenta y le pidió a Ana que empezase ella, lo que le agradecí.Nos pusimos en la cabecera de la cama, de espaldas al fotógrafo y nos dimos un casto beso de piquito.


Pensé que sería algo suave y superficial, aunque tengo que reconocer que solamente pensar que me iba a tocar me ponía a cien.


Me miró a los ojos y sonrió para tranquilizarme, se me debía notar que estaba bastante tensa. Nos recostamos sobre los cojines, entrelazando nuestros cuerpos.  Me acarició el pelo apartándolo de la cara y metiendo sus dedos entre mis rizos. Pero de pronto empezó a lamerme la cara y el cuello muy despacio, su tacto era suave y cálido. Mientras pasó su mano suavemente por mi escote y entre mis pechos parándose un momento en mis pezones que ya estaban duros. En ese momento me puse un poco tensa y miré de reojo a David, pero no dije nada.


Ana, en un rápido movimiento y casi sin que me diera cuenta, estaba acariciándome el pubis, empezaba a excitarme mucho y quería que siguiese. Me acariciaba despacio y en un segundo metió su dedo dentro de mí.


No pude evitar soltar un gemido de placer y empecé a relajarme, quería que hiciera conmigo lo que quisiera.


Siguió moviendo su dedo con una pasmosa agilidad y sabiendo muy bien lo que hacía. Yo abrí mis piernas y arqueé mi espalda, abandonándome por completo. Y la miré, estaba tan excitada como yo y  se tiró a mi boca chupando mi lengua y besándome ansiosa, yo no podía parar de saborear sus labios y su lengua, era sabrosa y dulce, como un caramelo.


Mientras nos besábamos seguía hurgando dentro de mí buscando mis puntos y yo gemía sin parar. Pero antes de que me corriera, Ana dejó de besarme y bajó por mi cuerpo recorriéndolo con su lengua y llegó a mi sexo que ya estaba a punto de explotar y muy mojado.


Empezó a acariciarlo y a lamerlo, yo creía que iba a darme algo, el placer que sentía era inmenso y a la vez tan extraño.  Llegó un momento en el que me dio igual que fuera una mujer, solo quería que me follase como fuera. Mi cuerpo se movía compulsivamente.


De repente abrí los ojos y vi a David, no me acordaba de él, estaba completamente desnudo y empalmado, esperando.  Le hice un gesto con la mano para que se acercara y me moví para quedar a la altura de su miembro completamente erecto. Empecé a acariciarle y a pasar mi lengua por su escroto y vi como Ana se levantaba y se unía a nosotros metiéndose la polla en su boca.


Realmente no habría pensado nunca que podría hacer esto, pero el ver a Ana chupársela a David y ver como gozaban, cada vez me excitaba más. Recorría su polla con mi lengua y cuando me encontraba con la boca de Ana era como una  recompensa, nos besábamos y seguíamos chupando aquel caramelo.


Entonces David se movió, supuse que estaba a punto de correrse. Buscó el culo de Ana y empezó a metérsela muy despacio.

Pensé que necesitaría un poco de ayuda, así que me metí entre las piernas de Ana y agarré la polla de David. La chupé para que entrase mejor, era la situación más excitante que había sentido en toda mi vida.Pero allí estaba el coño de Ana, tan húmedo y caliente, pidiéndome a gritos que lo chupara.


Empecé a chuparlo y a meterle mi lengua, nunca lo había probado pero era delicioso.A su vez Ana me masturbaba con su mano derecha. David siguió moviéndose y al poco se corrió dentro de Ana, excitada por todo aquello tuve un orgasmo delicioso.


Seguía chupando a Ana, entonces ella se agachó hacia mí y metió hasta el fondo sus dedos en mi coño para después empezar a chupármelo también, no sé cuánto tiempo estuvimos así pero sé que el placer era insuperable. Entonces llegamos el orgasmo las dos juntas, fue alucinante, uno de los mejores de mi vida. Seguimos durante un buen rato y los orgasmos venían uno detrás de otro. 

Dábamos vueltas en la cama y cambiábamos de posición pero sin dejar de chuparnos la una a la otra hasta que  caímos las dos agotadas. Creo que nos quedamos un poco traspuestas.


Cuando abrí los ojos vía Ana chupándole la polla a David que parecía dormido encima de el sillón.  Me puse de lado, apoyé mi cara sobre la mano y me dediqué a mirar, un día de novedades, primero hago un trió y ahora hago de voyeur.


Entonces David abrió los ojos y me vio, de repente sentí esa conexión que surge entre nosotros cuando nos miramos y supe que le encantaba que yo estuviera allí. Ana me hizo una señal para que me acercase.


Me levanté despacio, mirando a David y me agaché para besarle, aun no lo había hecho y necesitaba probar sus labios. Luego bajé por su pecho y me metí su polla en mi boca, -Ahora me toca a mí- pensé. Era como si tuviera que demostrar que él era mío. Estamos compitiendo como dos lobas.


Entonces Ana se levantó y se puso detrás de mí. Empezó a besarme el culo buscando con sus dedos mi ano, lo acarició un poco y metió su lengua, eso me hizo dar un salto y creo que mordí un poco lo que tenía en la boca. Cada vez que metía su lengua yo daba un pequeño salto y apretaba la boca alrededor del miembro de David. Era muy raro, me gustaba pero a la vez me resultaba raro tener a Ana hurgándome con su lengua por ahí detrás.


Estaba tan concentrada en lo que hacía que no me di cuenta de que David se iba a correr, así que no me dio tiempo de apartarme y lo hizo en mi boca, la sensación fue muy extraña y no pude evitar tener una arcada. Entonces sentí a Ana que acercaba su boca a la mía y me lamía el semen que caía pasando su lengua por mis labios y por mi barbilla.


No pude evitar parar y me levanté, no quería resultar desagradable pero para mí ya era suficiente.


Fui  al baño para lavarme la boca.


Cuando salí me vestí y le dije a David que debía irme  por qué se estaba haciendo tarde. Ana le dijo que no le volvería a llamar por que nunca le hacía fotos, con ironía claro.


Me vestí y cuando nos íbamos Ana se despidió de David con un beso, se inclinó hacia mí pero yo moví la cara para que me lo diera en la mejilla. No me apetecía besarla en ese momento.


Cuando nos metimos en el coche, no hablamos, yo esperaba que me dijera algo, algún comentario, pero solo podía ver en su cara una tonta sonrisa de satisfacción.


Cuando llegamos le dije:

-Bueno cielo, ha sido espectacular, pero no sé si me gusta compartirte.

-Será cuestión de repetir para ver si te gusta ¿no?

-Ya.


Salí del coche y me dirigí a mi casa, estaba agotada y a la vez pletórica. Creo que voy a tardar unos cuantos días en digerir lo he había pasado ese sábado.

jueves, 7 de marzo de 2013

¿UN TRIO? Parte I



Después del Sábado con David, estuve dándole vueltas a lo que me dijo, ¿un trio? Bueno, seguro que  lo dijo de broma, para ver por donde salía y que le sorprendí al decirle que estaría dispuesta.


A mitad de semana recibo una llamada, era él, me dijo que el sábado tenía que hacerle otra sesión de fotos a la misma mujer, Ana.

-¿Quieres venir? 

Por mi cabeza pasaron miles de preguntas, ¿que hago yo allí?, ¿de verdad me está proponiendo un trio? Le dije que lo pensaría y colgué.

Mi cabeza hervía de pensamientos, no sabía qué decirle. Por un lado no me atrevía, nunca lo había hecho. A lo mejor solamente quería que le acompañara, y me estaba imaginando lo que no era.

Entonces pensé que aunque no pasara nada estaría bien conocer a esa mujer, conocer a mi competencia. Así sabría a qué atenerme y si realmente estaba en peligro mi relación con David. Decidí llamarle y decirle que sí, creo que le pillé por sorpresa porque se le notaba un poco nervioso. Quedamos para el sábado por la tarde.


Pasé toda la semana muy nerviosa, pensando que pasaría. El sábado me preparé, pensé en vestirme con ropa cómoda, vaqueros y camiseta, para no dar la impresión de que iba buscando guerra.


Cuando recogí a David, me miró sorprendido. –Nunca te había visto con vaqueros, me gusta- y una sonrisa iluminó su hermosa boca. Ese fue el momento en el que se me olvidaron todas mis preocupaciones, este hombre tiene un poder especial sobre mí.


Nos pusimos de camino, cruzamos la ciudad y nos dirigimos a las afueras, a un barrio residencial. Me dio la impresión de que era gente de dinero y según nos acercábamos crecía más mi curiosidad.


Cuando llegamos al piso, nos abrió la puerta una hermosa mujer rubia. Tengo que decir que realmente me sorprendió, no me la esperaba así. Me la imaginé de otra manera, no sé, más mayor, más señora. Pero no se diferenciaba mucho de mí realmente, no era mucho mayor que yo y físicamente teníamos algunas similitudes. Me llamaron la atención sus ojos y sobre todo su mirada. Cuando le preguntó a David quien era yo, me miró de arriba abajo, me hizo un escáner completo en unos segundos. Realmente sentí como me desnudaba con la mirada. Yo, nerviosa, solo acertaba a sonreír y a pasarme la mano por el pelo compulsivamente.


-Mientras tú lo preparas todo, nosotras subiremos para que me maquille.Le dijo a David mientras me cogía por la muñeca y tiraba de mí hacia las escaleras. Le eché una mirada a aquel hombre que se quedaba solo en el salón, mirando cómo nos alejábamos y vi que se dibujaba una sonrisa en su cara. Me pude imaginar que estaba pensando.


Llegamos a la habitación, se sentó en la cómoda y mientras se retocaba los labios se me quedó mirando a través del espejo.


-Puedes poner todas las cosas encima de esa mesa y cuando quieras empezamos. ¿Hace mucho que conoces a David?

-Mmm, realmente unos meses, pero esta es la primera vez que le ayudo en el trabajo, así que tendrás que perdonarme si me ves un poco nerviosa.

-Y… ¿Qué tipo de relación tenéis? Muy directa, no se andaba con rodeos.

-Amigos, solo amigos.

-Ya, amigos ¿no?

-Si.- Asentí con ganas mirándole a los ojos para que entendiera que quería terminar con esa conversación.


Se acercó a mí por detrás, podía sentir su aliento en mi nuca, me estaba poniendo muy nerviosa.

-Bueno, ¿que te parece si nos ponemos más cómodas?


Me di la vuelta y vi que se estaba desabrochando el vestido, y dejaba ver un bonito culo y unas preciosas piernas que parecían muy suaves. Vi que no llevaba bragas. Creo que los ojos casi se me salen de las órbitas, estaba alucinando. Poco a poco veía mas claro lo que iba a pasar.


Dejó caer el vestido al suelo y se quedó totalmente desnuda, me dio tiempo a fijarme en su cuerpo, muy proporcionado y con unos pechos grandes y bien puestos.


Sonrió y se acercó a mí muy despacio, me apartó el pelo de la cara y me pasó el dedo pulgar por los labios.


-Respira- me dijo sonriendo.

-Lo siento, pero me has dejado un poco sorprendida.


Acariciaba mis brazos de arriba abajo suavemente y poco a poco fue desabrochándome la camisa. Mi corazón palpitaba tan fuerte que casi se me salía del pecho, no quería reconocerlo pero esa mujer me estaba poniendo a cien solo rozándome. 

Así que decidí dejarla hacer, dejarme llevar. De todas formas siempre había tenido curiosidad por hacerlo con una mujer y con Ana no me parecía mala idea.


Me quitó la camisa y se quedó mirándome, absorta, como pensando cual sería su siguiente paso. Me miró a los ojos como pidiéndome permiso para seguir y yo le devolví una sonrisa consentidora.Se puso detrás mío e introduciendo su mano por dentro de mi sujetador comenzó a cariciarme el pecho. Yo la dejé hacer.


Estaba empezando a relajarme y después de quitarme el sujetador  me desabrochó el pantalón metiendo su mano por dentro, tocando con sus suaves dedos mi sexo.Entonces me besó, sentí su lengua dentro de mi boca. Yo respon metiéndole la mía.


-Vaya, parece que esto te gusta.

-Bueno, es difícil decirte que no, eres muy persuasiva.


Acercó su cara a la mía y suavemente me besó  los labios, y después poco a poco fue bajando por mi cuello hasta llegar a mi escote. Mi respiración cada vez era más agitada. Se puso frente a mí y dijo.


-¿Por qué no te lo quitas todo?, tienes un cuerpo precioso.


Y sin saber por qué empecé a desnudarme, me quité los pantalones y las botas. Iba a quitarme la ropa interior, pero se acercó a mi diciéndome: "despacio".Después bajó su mano hacia mi pubis y empezó a tocarme por encima de las bragas. Yo no pude reprimirme e instintivamente cogí uno de sus pezones y me puse a jugar con él.


-Bien, muy bien.-Dijo separándose de mí.


Nuestros cuerpos desprendían tanto calor que era casi insoportable. Estábamos muy excitadas y nos besamos.Sentí su lengua dentro de mi boca, y como sus manos recorrían todo mi cuerpo, hábilmente. Empecé a acariciarle la espalda, y comprobé que como mi imaginaba su piel era suave y cálida.


Nos sentamos en un sofá y nos fundimos en un beso húmedo y excitante a la vez que nuestros cuerpos se movían al unísono. Su mano bajó hasta mi entrepierna, con delicadeza apartó mis bragas y sus dedos se deslizaron dentro de mí. Era una experta, supongo que lo había hecho muchas veces. Me sorprendí a mi misma deseándola, deseando comerle los pezones.Me giré hacia ella y esta vez tomé la iniciativa.


La besé por el cuello hasta llegar a ellos, estaban duros y erectos, así que disfruté chupándolos y mordiéndolos  como nunca había hecho, me pareció tan excitante que no me podía creer que nunca los hubiera probado. Y comprendí porque a los hombres les encantan los pechos femeninos.




Entonces oímos una voz masculina que venía del salón:


-Chicas, ¿os falta mucho?, yo ya estoy.


Nos quedamos mirando y sonreímos a la vez.


-¿Qué te parece? ¿Dejamos participar a David?, o ¿quieres que os quedemos aquí?

-Vamos, seguro que está pensando lo que estamos haciendo, le conozco. 
Estará tan caliente como nosotras o más.


Nos cogimos de las cinturas y empezamos a bajar las escaleras, me parecía un poco subrealista la verdad, pero allí estaba yo, abrazada a una mujer que acababa de conocer y más excitada que nunca.


Al pie de la escalera estaba David, con los ojos como platos y pasándose la lengua por los labios, relamiéndose.


-Mmm, creo que va a ser una sesión fotográfica muy interesante.