lunes, 18 de febrero de 2013

SESION PARA TRES




Estaba haciendo la cena cuando tuve una llamada de Ana. Me dijo que el sábado próximo su marido se iba de congreso y que sería buena ocasión para acabar la sesión de fotos que teníamos pendiente. Dije que los sábados estaba un poco liado, pero Ana usó su melosa y sensual voz para decirme que en esos momentos se estaba tocando pensando en mí.Quedamos para el sábado. Eva me iba a matar.


Inmediatamente llamé a Eva para preguntarle si quería ir conmigo, tal como me lo había comentado. La verdad es que sabía que me lo había soltado más que nada para tocarme los cojones, pero por si acaso se lo pregunté, con la certeza de que iba a decirme que no.

-Venga anímate, le dije.
-¿Y qué pinto yo ahí?
-Podemos decir que eres mi ayudante, para el maquillaje.

Me dijo que se lo pensaría, pero al rato me llamó para decirme que sí. No me apetecía nada que viniese, tenía la esperanza de que la sesión acabase de nuevo como la anterior, pero ya no tenía marcha atrás. Así que quedé en recogerla el sábado a las cinco.Le dije que llevase algo de maquillaje.

Cuando picamos a la puerta nos abrió Ana. Llevaba puesto un vestido muy sexy, que transparentaba casi todo. Vi como Eva la escaneaba de arriba a  abajo. Ella le devolvió la mirada, pero de una manera tan descarada que Eva se puso colorada. Nos hizo pasar y  le comenté que esta vez traía una ayudante, para el vestuario y maquillaje. No puso buena cara.


- Está bien, aunque no era necesario. Mientras lo vas preparando todo que ella suba a maquillarme.

Se fueron las dos al piso de arriba, pues se trataba de un duplex y yo comencé a montar mi equipo. No sé lo que estaban haciendo allá arriba, pues estaban tardando lo suyo. Esperé un rato y las llamé. Oí la voz de Ana decir que ya casi estaba. Al rato aparecieron las dos...¡totalmente desnudas!

Comenzaron a bajar las escaleras jugueteando, coqueteando entre ellas.Ana me pidió que comenzara a hacerles  fotos. ¿Qué coño estarán tramado?, ¡de qué habrán hablado! Ana me dijo:
  
-He pensado que vamos a hacernos unas fotos juntas. ¿Te parece?
-De acuerdo, dije casi tartamudeando.


Así que las dos se tiraron encima de la cama y comenzaron a hacer poses. Yo al principio no decía nada, me limitaba a disparar con la cámara. Al rato  empe a animarme y  comen a darles instrucciones. Les pedí que se juntaran y que se relacionasen más entre ellas. Como vi que Eva se cortaba le pedí a Ana que llevase la voz cantante.

Ana se acercó a ella y comenzó a tocarle el pelo, desmarañándolo, alisándolo …Después empezó a acariciarle la cara y los labios con su mano derecha, para poco a poco ir bajándola hacia sus pechos. Se entretuvo allí acariciándole lo pezones que enseguida se pusieron duros. En ese momento noté a Eva un poco incómoda pero no se atrevió a decir nada.



Entonces Ana se puso detrás de ella y bajando su mano empezó a acariciarle el pubis, hasta que la metió entre sus piernas. Pensé que sólo iba a tocarla superficialmente, pero después de recorrer con su dedo índice el contorno de su sexo se lo metió hasta el fondo. Noté el aliento jadeante de Ana, su mirada de deseo lo dijo todo.

¿Qué hará Eva, pensé? Seguía tensa ¿La armará? Pero cuando Ana empezó a hurgar dentro de su coño su cara se relajó y echando la cabeza hacia atrás soltó un grito de placer, a la vez que miraba  a su compañera  como queriendo decirle que no parase. Ana vio su boca abierta y se tiró a ella. Le metió la lengua hasta el fondo. Mientras seguía con el dedo dentro de la vagina de Eva buscando sin duda puntos sensibles pues cada vez que ésta gemía ella insistía, provocándole más y más grititos de placer.



En esos momentos me di cuenta de que Eva se había olvidado de mí…tal era el éxtasis al que la había llevado aquella mujer que seguía comiéndole la lengua, chupándosela y succionándola con sus labios.


Al rato Ana, previendo que Eva estaba a punto de correrse dejó de besarla y con sus labios fue bajando por su cuerpo, recreándose en sus pechos, en  su  ombligo y finalmente buscó su coño,después de acariciarlo  comenzó a lamerlo.

En ese momento dejé la cámara. Por una parte tenía ante mi a Eva gimiendo y totalmente abandonada al placer. Por otro, a Ana, a cuatro patas mostrándome su hermoso culo que pedía guerra.

  
Cansado de hacer fotos, decidí pasar a la acción y no perderme el poder participar. Así que me desnudé rápidamente y me acerqué a ellas. Entonces por fin Eva se fijó en mí y al ver que estaba totalmente empalmado me hizo señas para que me acercara.


Adivinando mis intenciones se recostó y dejó que acercara mi pene a su cara. Con su boca comenzó a comerme los huevos. Después la cogió y se metió en la boca. Estaba fuera de mí.

Al verlo Ana abandonó su posición y  también atacó mi polla. Ahí estaban las dos, una chupándome el glande y  otra recorriéndola con la lengua de arriba a abajo. A veces sus bocas y lenguas se encontraban, momento que aprovechaban para besarse. Entonces tomé la iniciativa y buscando el culo más cercano, que resultó ser el de Ana, empecé a metérsela. Al sentir mi polla sobre su ano Ana la cogió con su mano y me guió, introduciéndosela suavemente.

Empecé a cabalgarla. Eva se quedó mirando cómo nos lo hacíamos pero al rato se escabulló...  entre nuestras entrepiernas. Cogió mi polla como si quisiera ayudarme a meterla y sacarla.  

Pero supongo que al ver el apetitoso y sonrosado  coño de Ana se vio en la tentación de probarlo, pues se tiró a él como una posesa. Ana dio un grito y eso puso el ambiente muy caliente.


Entonces sin poder aguantar más, me corrí.  Noté los espasmos de su esfinter, imaginándome todo mi semen saliendo…Al poco se la saqué y me tiré en la cama agotado.

Entonces Ana se tiró a comerle el coño a Eva.En mi sopor vi como ambas se montaron un sesenta y nueve femenino, hasta que les llegó el primer orgasmo, las dos juntas. Ufff. No sé cuántos tuvieron, aquello parecía una competición, uno tras otro. Se revolcaban por la cama de tal manera que tuve que levantarme y me senté en el sofá, observándolas.


Cuando aquello terminó se dejaron caer sobre la cama. No sé cuánto tiempo estuvimos así. Sé que me dormí. Cuando desperté vi que Ana estaba arrodillada ante mí, chupándomela. La cabrona me la estaba comiendo en silencio. ¡Qué detalle, pensé, no querría molestarme! La verdad es que lo que más morbo me dio fue ver la cara de placer de Eva, que nos observaba desde la cama. Ana le hizo señas de que se uniese a nosotros. Así lo hizo y de nuvo tenía a aquellas dos hembras chupando de mi polla.

La verdad es que yo estaba ya un poco cansado, no comprendía cómo aquellas mujeres podían tener tanta vitalidad en la cama.


Allí estuvieron las dos dándome placer, hasta que Ana se levantó. Pensé que iba a dejarnos solos pero lo que hizo es ponerse de rodillas detrás de Eva, la cogió por las nalgas, se las separó y metiendo su cara entre ellas buscó su ano. Sutilmente comenzó a acariciarlo con la lengua. Después, poniéndola totalmente tensa comenzó a introducirla por ahí… ¡no puedo describir el placer tan extraño que sentí! 

El cuerpo de Eva se retorcía en espasmos casi eléctricos cada vez que la punta de la lengua se introducía en su culo.Su boca se cerraba sobre mi pene cada vez que tenía uno, aumentando mi placer.

Así estuvimos un buen rato los tres, hasta que me corrí de nuevo, en la boca y en la cara de Eva. Creo que no se lo esperaba pues tuvo una pequeña arcada. Ana se dio cuenta y acercándose a ella comenzó a lamer sus labios y su lengua, aún repletos de mi semen. 


Creo que a Eva esto le dio un poco de asco pues fue la que puso el punto final.

-Bueno chicos. Lo he pasado muy bien, pero es tarde y mi marido está a punto de volver a casa.

A lo queAna replicó:
  
-David, como siempre, casi no me has hecho fotos. Creo que no te voy a llamar más… pero si lo hago espero que vuelvas con tu ayudante.

Al despedirnos Ana me dio un beso. Iba a darle otro a Eva pero ésta escabulló sus labios y solo pudo darle un casto beso en la mejilla.

Me fui de aquella casa con una sensación de placer inigualable. Estaba seguro que volvería, no sé si solo o con Eva, pero volvería.

viernes, 1 de febrero de 2013

LE ENCANTA COMERSE MI POLLA



Aquel viernes tendría que trabajar hasta muy tarde. Había quedado con Eva que le dejaba la llave del piso debajo de la alfombra pues no sabía a qué hora llegaría. Por nada del mundo me perdería el reencuentro con ella.

Me metí en la cama nada más llegar. Al poco me dormí. No sé cuanto tiempo había pasado cuando oí cómo se abría la puerta de mi habitación y pude vislumbrar cómo Eva se miraba en el espejo… colocándose sus braguitas, la única vestimenta que llevaba puesta. Me hice el dormido pero no pude evitar que mi polla se pusiera tiesa.


Eva entró y se dirigió hacia la cama, muy silenciosamente, sin duda pensaba que estaba dormido. Seguí fingiendo, excitado por ver lo que iba  a hacer.  Se sentó a mi lado y empezó a acariciarme con la punta de sus dedos. Ufff… qué difícil se ponía aquello. Cuando me besó y metió su lengua en mi boca estuve a punto de rendirme, pero aguanté.


Cuando sentí que cogía mi pene con suma delicadeza a la vez que con su lengua lamía mi glande... ya no pude más. Cogí su cabeza y apretando la obligué a que se la metiera en la boca y empezara a chupármela, no quería que parase. Estaba en el paraíso.

Seguramente lo notó y antes de que pudiera correrme en su boca se libró de mi presión y poniéndose ágilmente encima de mí cogió mi pene y se lo metió en el coño, comenzando a cabalgarme de esa forma que solo ella sabe hacer. Cómo había esperado aquel momento.


Después se dio la vuelta poniéndose frente a mí. Yo me senté para poder follarla más a gusto. Allí la tenía, delante de mí con aquella expresión de éxtasis que tanto me ponía. Sé que le encantaba mi polla y estaba orgulloso de poder darle tanto placer. Sentí cómo Eva se corría sin esperarme, así que yo también me abandoné al placer…y me corrí dentro de ella. Llevaba dos semanas esperando hacerlo.


Cuando nos tiramos exhaustos la miré a la cara y le dije:

-Hola preciosa, te echaba de menos.


Eva sonrió y abrazándome me dio un beso de tornillo, sin fin. Era su manera de decirme que ella también me había echado de menos. 

Después, como una niña con su muñeca, cogió mi flácido pene y empezó a juguetear con él mientras me hablaba. Estuvo un buen rato contándome lo que había hecho y los aburridas que habían sido sus navidades. Me hacía gracia pues no me miraba a mí, estaba completamente astraída manipulando mi pene. A mí me gustaba aquello. De hecho poco a poco consiguió que se pusiera tieso de nuevo.


-¿Y tú que has hecho, a quién te has tirado? Me dijo.

-Joder, vaya fama. Me reí. A nadie, me he reservado para ti.

-No me lo creo. Vamos cuenta. No me voy a enfadar.

-¿Seguro?

-Me enfadaré si no lo haces.

-Bueno, solo he tenido un rollito, con una clienta. Fui a hacerle unas fotos, a su casa, estaba sola y…bueno, ya sabes.


Eva se levantó, haciéndose la enfadada.

-¿Te has tirado a una clienta?

-Bueno, creo que fue al revés.

-¿Estaba buena?

-Psschh. No tan buena como tú.

-¿Y follando? Vamos cuenta cómo lo hicisteis.

Noté que Eva se estaba excitando con el tema, así que no me corté y empecé a contárselo todo con pelos y señales. Eva se estaba poniendo cachonda, lo notaba porque sus pezones comenzaron a ponerse tiesos y su mano estrujaba mi polla con fuerza…



-¿Te la chupó?

Cuando le dije que no se reicorporó sobre mí y comenzó a chupármela de nuevo.


-Sigue, no pares de hablar.


Yo seguí con mi relato mientras ella se centró en darme placer con su boca, su lengua que no dejaba de lamer mi glande. Mis palabras salían entrecortadas, no podía concentrarme como es debido.

Entonces  comenzó a masturbarme. Delicadamente pasó sus dedos por mi glande, haciendo círculos con el pulgar, hurgando en la zona del frenillo. Esto me hacía saltar y gemir de placer. Un hilillo de esperma salía por mi uretra. Eva lo esparció por todo el pene, masajeándomelo sensualmente. Estaba a punto de correrme y descargar cuando de repente se levantó y poniéndose delante de la cama me dijo:


-¿Así que  me has sido infiel? Te has tirado a una golfa y para encima me lo cuentas. ¿Y pretendes que te la siga chupando?

-Ostia Eva, no me dejes así.

-¿Sabes qué, acaba tú, hazte una paja si quieres?

-Pero, Eva… dije consternado.

-¡Que te hagas una paja, coño!
 
No sabía de qué iba todo aquello, así que empecé a masturbarme mientras Eva me observaba. Entonces  se metió de nuevo en la cama y arrodillándose ante mí empezó a tocarse también, metiendo sus dedos por la vagina y acariciando su clítoris delicada, sensualmente. Ni que decir que verla hacer eso me excitó mucho. Allí estábamos los dos, pajeándonos uno delante del otro.


Al rato volvió a meterse en la cama y cogiendo el tronco de  mi polla, comenzó a meneármela. Mientras, ella siguió masturbándose. Veía sus dedos húmedos, casi chorreantes. Yo estaba a cien, no pude aguantar más, me incorporé y me tiré a comerme aquel sabroso y húmedo coño. Se dejó hacer sin ninguna oposición. Cada vez que le introducía mi lengua su cuerpo se retorcía incontroladamente.


Para entonces los dos estábamos superescitadísimos. Yo quería comérmela enterita, pero ella también a mí. Se revolvió de tal forma buscando mi polla que no pude dejar de emitir un sonido de dolor al metérsela en la boca...

  
Así, acabamos con un 69, comiéndonos nuestros sexos con verdadera furia. Al poco, nos corrimos, casi violentamente. No sé cuanto duró aquello, pero los orgasmos de ella parecían no tener fin.
  

Esta vez Eva no retiró su boca, se tragó todo mi esperma, estaba desconocida. Nunca la había visto así, tan excitada. Nos quedamos en esa postura, uno encima del otro, exhaustos, agotados  de placer. Poco a poco fuimos recuperando el aliento. Se reincorporó y me dijo, más relajada:


-No me molesta que te hayas tirado a esa tía, lo que me molesta es que hayas quedado otra vez con ella con la disculpa de hacerle más fotos. La próxima vez que te llame iré contigo, si alguien ha de comerte la polla seré yo.