miércoles, 24 de octubre de 2012

VUELTA A CASA (II)

Allí estaba yo, en plena excitación y poniéndome a cien pensando en David. Cuando Ángel (mi marido),entró en la habitación. Sé que se dio perfectamente cuenta de lo que estaba pasando, aunque intentó disimular.


Yo paré de tocarme, por que no sabía cómo iba a reaccionar, se desnudó para meterse en la cama como siempre hacía.Al tenderse a mi lado me dijo:

-Sé que te he tenido un poco abandonada, cielo, pero te echo de menos.

Me giré y le miré a los ojos, entonces recordé por qué le quería,esos ojos azules que siempre me han transmitido tanta paz,tranquilidad y seguridad.Nos abrazamos sin decir nada.

Pero mi mente seguía estando en la tarde que había pasado con David, me pregunto si se dará cuenta. La verdad es que en esos momentos no me importaba mucho porque seguía tan excitada que solamente podía pensar en follar de nuevo.

Me besó como hacía mucho tiempo no lo hacía, con tanta pasión y dulzura como siempre. Su lengua recorría toda mi boca mientras sus manos recorrían mi cuerpo. Lo hacía como si fuera la primera vez que me tocara, como si me estuviera descubriendo de nuevo y eso me gustaba.


Me puse encima de él, mis caderas empezaban a moverse practicamente solas, no podía dominar mis movimientos. Seguí besándole y bajando por el pecho, siempre me han encantado sus pezones y me gusta chupárselos, es algo que le excita mucho.


Mientras pasaba mi lengua por su pecho y mordisqueaba sus pezones sentía como crecía su excitación. Con mi cuerpo completamente pegado al suyo podía notar como su polla crecía por segundos, y cómo su cuerpo se estremecía a cada pequeño mordisco.

La verdad es que hacia mucho tiempo que no le notaba tan receptivo.


Con mis caderas buscaba la postura ideal para que me la metiera, poco a poco , su polla rozaba mi clítoris y eso me hizo gemir de gusto, se la cogí con la mano y me la metí, directamente, ya no podía aguantar más. 

Por un segundo hice comparaciones, pero no quería pensar en David así que desterré de mi mente esos pensamientos y me concentré en el momento. No me importaba de quien fuera esa polla dura y caliente que tenía entre mis piernas, solo quería tenerla muy, muy dentro.

Me puse a horcajadas encima de él, y comencé a moverme, primero despacio, sintiéndola crecer dentro de mí, sintiendo cómo me llenaba por dentro.

Abrí los ojos y vi como me miraba muy excitado y a la vez con cierta incredulidad. Se que estaba sorprendido pero le estaba gustando esta nueva Eva.

Comenzó a besarme los pechos y a mordisquearme los pezones, entonces cerré de nuevo los ojos y me dejé llevar por el placer que me invadía.
Mi cuerpo se movía prácticamente solo, podía sentir cada movimiento dentro de mí, cómo cada vez que le empujaba con la cadera él me correspondía y entraba más y más, cada vez mas dentro, más duro, más caliente.


Entonces empezamos a movernos convulsivamente, más fuerte, más rápido, solo quería más y más, mmmm, hacía tanto que no me sentía así con él, sentí como mi cuerpo se estremecía en un gran orgasmo, mis piernas se contraían y le aprisionaba con mis muslos, gemí y creo que hasta di un pequeño grito, entonces noté como todo su cuerpo se ponía en tensión y se corría dentro de mí y le oí gemir.


Yo seguía moviéndome encima de él, no quería que saliera, pero cuando vi que ya se le empezaba a bajar, me tiré encima. Me cogió la cara y me besó. 
Me dejé caer a su lado y mientras seguía acariciándome se fue quedando dormido.



Me levanté, la excitación aun no había cesado, me puse la bata y me fui a la cocina, necesitaba pensar. Encendí un cigarro, y me pregunté ¿qué estas haciendo Eva?, ¿que es lo que quieres conseguir?, y me di cuenta de que mi confusión iba en aumento.

Sé lo que tengo con David, pero ¿qué tengo con Angel?. Hacía mucho que no estabamos así, los dos, puede que estemos recuperando algo, no lo sé, aún no lo sé.
Deja que pase el tiempo y a ver que ocurre, me dije a mí misma. Lo único que tenía claro era que no quería dejar de ver a David, se había convertido en una adicción. Pero ¿que pensaría él? seguro que para él solo soy una más, pero la verdad es que no me importa.

martes, 23 de octubre de 2012

VUELTA A CASA



Cuando me acosté en mi cama ya por la noche mi cabeza no dejaba de pensar en lo que había hecho aquella tarde con David. La verdad es que quise sorprenderle con lo de las esposas, pero creo que no me salió del todo bien.

Sin embargo cuando él me ató las manos y me puso a cuatro patas, el saber que me estaba mirando y que sin duda estaría todo empalmado con lo que veía me excitó sobremanera.


Comencé a mover mis caderas para provocarlo pues en aquellos momentos estaba deseando con todo mi ser que me la metiera por el culo, como la otra vez. Por eso cuando noté su lengua lamiendo mi ojete me quedé sin respiración, mezcla de sorpresa y preocupación, por eso de la higiene, pero al final me dio igual,me encantaba lo que me estaba haciendo y ya solo deseaba notar algo duro entrando en
 
Por eso cuando después de restregar su polla en mi culo y en mi coño  hizo ademán de irse y dejarme con toda mi calentura encima, sin duda para hacerme sufrir, me cabreé.


En ese momento yo sólo pensaba en mi placer, en que necesitaba que me la metiera, por donde fuera. Por eso al darme la vuelta y destapar mis ojos, al verle delante, con aquella enorme polla empalmada,  palpitante… mi coño empezó a chorrear.

Pero fue en  ese momento cuando acudió a mi mente la Eva de antes. Me preguntaba qué estaba haciendo allí, delante de aquel tío, aún un desconocido para mí, deseando, suplicando, que me follase por todos los agujeros de mi cuerpo.

Lo veía delante de mí, con su sonrisa que tanto me cautivaba, haciéndome sufrir de deseo. Pero al ver que estaba dispuesto a seguir jugando conmigo tomé una decisión. Sin más, empecé a masturbarme. Mirándole fijamente le dije:

-Es igual puedo pasármelo bien sin ti.


Mi clítoris y mis labios estaban tan excitados que el mínimo roce me hacía gemir. Pero no era lo mismo.Mis dedos no podían suplir el deseo de sentir aquel pene dentro de mí. Sin embargo al ver cómo me miraba, mi excitación volvió a ponerse a cien. 

Hasta que David no pudo aguantar más y comenzó a  pajearse también. Al principio me mosqueó un poco pues lo que yo estaba deseando de verdad es que se tirase sobre mí y me la metiera.

Pero al verle disfutar tanto, el ver cómo se la meneaba mirando cómo yo me lo hacía me empezó a gustar. Miraba mi coño y miraba a mis ojos buscando complicidad. La situación era muy morbosa. Era el primer hombre que veía cómo me lo hacía. Mi marido y yo nos habíamos masturbado mutuamente algún vez, pero siempre con la luz apagada.Esto era diferente.

No sabía quién iba a correrse antes. Me sacó de la duda el que se acercara mí y colocase su polla encima de mis pechos. Por sus gemidos intuí que pronto se correría. Estaba deseando que lo hiciera, quería sentir ese líquido caliente sobre mis pechos, sobre mis inhiestos pezones que estaban pidiendo que alguien se los comiese.


Así que lo ayudé y cogiéndole la polla seguí meneándosela yo. Se corrió inmediatamente. Cuando lo hizo sentí tal placer que también yo me corrí, sin control. Nunca había sentido una sensación así. Pensé que David nunca iba acabar de descargar todo su semen.

Cuando lo hizo se fue rápidamente al baño, dejándome allí con mis orgasmos. Solo sé que tuve algunos más hasta que exhausta dejé de tocarme.Ufff.

Así que esa noche, sola en mi cama, volví a pensar en ello. No pude reprimirme y comencé a tocarme de nuevo. A mi mente volvía la imagen de David masturbándose, con aquella polla que me traía loca, descargando todo su semen sobre . 


Cuando ya estaba a punto de correrme mi marido entró en la habitación. No sabría decir lo que su rostro expresaba…

lunes, 1 de octubre de 2012

ME GUSTA VERLA MASTURBARSE




Cuando Eva me mostró las esposas que había comprado pensé que iba de coña. No me imaginaba que a ella le gustasen esas cosas. Pero cuando me llevó a la cama y me esposó me di cuenta que iba en serio.

Confieso que nunca lo practiqué. Alguna vez me lo imaginé, pero con las chicas que salí nunca tuve la oportunidad de hacerlo, ni siquiera planteárselo.


El hecho de verme a merced de Eva hizo que me empalmara como un burro. Allí estaba encima de mí dispuesta a comerme… y bien que me la comió. Mi polla-caramelo volvió a sentir su contundente chupar. Estaba tan excitado que no terdé en correrme. Quería hacerlo aprovechando que Eva la tenía  en su boca, extasiada, chupándomela con frenesí. De hecho lo conseguí, lo descargué todo dentro de ella. Pensé que se iba a enfadar pero siguió como si nada . No se lo tragó, pero tampoco le hizo ascos. Lo escupió poco a poco.

Al quitarme la esposas me dijo que ahora me tocaba a mí. Así que la puse a cuatro patas. Le até las manos con una tela y después le puse un venda en los ojos.

Me levanté para contemplar la imagen. Ella supo que la estaba mirando y empezó a mover su culo sensualmente. La visión de aquellas nalgas indefensas, de aquel ojete y coño que pedían guerra me impulsó a atacar, pero no lo hice. Pensé que debía hacerla sufrir un poco. ¿De eso se trataba el juego no?

Así que silenciosamente me acerqué por detrás y empecé a darle mordisquistos en el culo y la espalda. Las cosquillas hacían que se retorciese. Después ataqué su cuello haciendo presa en él. Lanzó un gritito y abrió la boca para emitir  un placentero gemido.


Seguí lamiéndola por la espalda hasta llegar de nuevo a su culo. Esta vez metí la lengua hasta el ojete y comencé a lamerlo. Estaba dulzón. 
Eva dio un brinco como si la hubieran pinchado. Seguí lamiéndolo haciendo que se retorciese de placer.

 


Muy excitado metí mi dedo corazón en su culo, poco a poco, dilatando su esfínter hasta que lo introduje completamente. Eva jadeaba y apretaba sus nalgas intentando sentir mi dedo a tope.

Lo saqué y gimió. No pude evitar llevarlo a mi nariz y olerlo. No lo podría definir, pero me gustaba.En ese momento mi polla estaba de nuevo  a tope.


Este día me sentía muy activo. Así que me puse detrás de ella y levanté su culo, acercando mi polla a su coño. Estaba rojísimo y super lubricado.


Lo toqué con mi glande y acaricié con él la entrada de su vagina. Ella se retorcía. Puse la punta en su clítoris y comencé a restregárselo, a la vez que con mi dedo pulgar frotaba su ojete que estaba superdilatado.Eva tuvo un pre-orgasmo que anunciaba que estaba a punto de correrse, así que decidí meterle la polla hasta dentro. Aquel coño la atrapó como si fuera un lapa. Pero yo  la saqué.

-¡Nooo, no la saques ahora, métemela hasta el fondo, joder!
-Chica mala.Así no se habla. Me levanté y la dejé sola, con su calentura.
-Qué haces. Sigue.
- No, hasta que me lo pidas por favor.
-Que te den.
-¿Ah sí?, pues que te folle un pez. Salí.
-Cabrón.

Vi como Eva se daba ràpidamente la vuelta, quitándose la atadura y la venda de los ojos. Mirándome fijamente a los ojos me dijo:

-No te necesito.

Entonces empezó a masturbarse. Primero separó sus labios y comenzó a frotárselos, para poco a poco ir introduciendo sus dedos.
Verla hacer eso me excitó mucho. Pensé en acercarme y montármela.
 
-Ni se te ocurra hacer lo que estas pensando, me dijo haciéndose la enfadada.

Visto lo visto yo comencé a tocármela también., viendo cómo ella se lo hacía. Los dos nos miramos  y comenzamos a pajearnos al unísono. Así hasta que me vino el momento de la corrida. 
  
Me acerqué y lo descargué todo sobre su pechos. Esto la excitó de tal manera que siguió masturbándose hasta que se corrió… dos o tres veces. 

Me fui a la ducha, mientras ella seguía allí con sus jadeos y gemidos. Dios,cómo me gustaría ser mujer en esos momentos.