martes, 12 de marzo de 2013

¿UN TRÍO? . Parte II



Allí estaba yo, abrazada a una mujer completamente desnuda y mirando la cara de alucine de David.


-He pensado que podíamos hacernos unas fotos juntas, ¿Te parece?


David casi no fue capaz de articular una palabra, hasta que dijo –De acuerdo- con un hilo de voz.


Ana me cogió de la mano y me tiró encima de la cama, empezamos a hacer poses las dos, haciendo un poco el tonto y riéndonos, pero yo la miraba sin que se diera cuenta y cada vez me gustaba más.


Nuestro fotógrafo tiraba fotos compulsivamente, no sé si se estaba fijando ni siquiera en la técnica ni si saldría alguna bien, parecía que tenía el dedo pegado al disparador.


-Preciosas pero podríais tocaros un poco, y juntaros más, para variar.


Me quedé un poco parada, la verdad es que no me atrevía mucho, David se dio cuenta y le pidió a Ana que empezase ella, lo que le agradecí.Nos pusimos en la cabecera de la cama, de espaldas al fotógrafo y nos dimos un casto beso de piquito.


Pensé que sería algo suave y superficial, aunque tengo que reconocer que solamente pensar que me iba a tocar me ponía a cien.


Me miró a los ojos y sonrió para tranquilizarme, se me debía notar que estaba bastante tensa. Nos recostamos sobre los cojines, entrelazando nuestros cuerpos.  Me acarició el pelo apartándolo de la cara y metiendo sus dedos entre mis rizos. Pero de pronto empezó a lamerme la cara y el cuello muy despacio, su tacto era suave y cálido. Mientras pasó su mano suavemente por mi escote y entre mis pechos parándose un momento en mis pezones que ya estaban duros. En ese momento me puse un poco tensa y miré de reojo a David, pero no dije nada.


Ana, en un rápido movimiento y casi sin que me diera cuenta, estaba acariciándome el pubis, empezaba a excitarme mucho y quería que siguiese. Me acariciaba despacio y en un segundo metió su dedo dentro de mí.


No pude evitar soltar un gemido de placer y empecé a relajarme, quería que hiciera conmigo lo que quisiera.


Siguió moviendo su dedo con una pasmosa agilidad y sabiendo muy bien lo que hacía. Yo abrí mis piernas y arqueé mi espalda, abandonándome por completo. Y la miré, estaba tan excitada como yo y  se tiró a mi boca chupando mi lengua y besándome ansiosa, yo no podía parar de saborear sus labios y su lengua, era sabrosa y dulce, como un caramelo.


Mientras nos besábamos seguía hurgando dentro de mí buscando mis puntos y yo gemía sin parar. Pero antes de que me corriera, Ana dejó de besarme y bajó por mi cuerpo recorriéndolo con su lengua y llegó a mi sexo que ya estaba a punto de explotar y muy mojado.


Empezó a acariciarlo y a lamerlo, yo creía que iba a darme algo, el placer que sentía era inmenso y a la vez tan extraño.  Llegó un momento en el que me dio igual que fuera una mujer, solo quería que me follase como fuera. Mi cuerpo se movía compulsivamente.


De repente abrí los ojos y vi a David, no me acordaba de él, estaba completamente desnudo y empalmado, esperando.  Le hice un gesto con la mano para que se acercara y me moví para quedar a la altura de su miembro completamente erecto. Empecé a acariciarle y a pasar mi lengua por su escroto y vi como Ana se levantaba y se unía a nosotros metiéndose la polla en su boca.


Realmente no habría pensado nunca que podría hacer esto, pero el ver a Ana chupársela a David y ver como gozaban, cada vez me excitaba más. Recorría su polla con mi lengua y cuando me encontraba con la boca de Ana era como una  recompensa, nos besábamos y seguíamos chupando aquel caramelo.


Entonces David se movió, supuse que estaba a punto de correrse. Buscó el culo de Ana y empezó a metérsela muy despacio.

Pensé que necesitaría un poco de ayuda, así que me metí entre las piernas de Ana y agarré la polla de David. La chupé para que entrase mejor, era la situación más excitante que había sentido en toda mi vida.Pero allí estaba el coño de Ana, tan húmedo y caliente, pidiéndome a gritos que lo chupara.


Empecé a chuparlo y a meterle mi lengua, nunca lo había probado pero era delicioso.A su vez Ana me masturbaba con su mano derecha. David siguió moviéndose y al poco se corrió dentro de Ana, excitada por todo aquello tuve un orgasmo delicioso.


Seguía chupando a Ana, entonces ella se agachó hacia mí y metió hasta el fondo sus dedos en mi coño para después empezar a chupármelo también, no sé cuánto tiempo estuvimos así pero sé que el placer era insuperable. Entonces llegamos el orgasmo las dos juntas, fue alucinante, uno de los mejores de mi vida. Seguimos durante un buen rato y los orgasmos venían uno detrás de otro. 

Dábamos vueltas en la cama y cambiábamos de posición pero sin dejar de chuparnos la una a la otra hasta que  caímos las dos agotadas. Creo que nos quedamos un poco traspuestas.


Cuando abrí los ojos vía Ana chupándole la polla a David que parecía dormido encima de el sillón.  Me puse de lado, apoyé mi cara sobre la mano y me dediqué a mirar, un día de novedades, primero hago un trió y ahora hago de voyeur.


Entonces David abrió los ojos y me vio, de repente sentí esa conexión que surge entre nosotros cuando nos miramos y supe que le encantaba que yo estuviera allí. Ana me hizo una señal para que me acercase.


Me levanté despacio, mirando a David y me agaché para besarle, aun no lo había hecho y necesitaba probar sus labios. Luego bajé por su pecho y me metí su polla en mi boca, -Ahora me toca a mí- pensé. Era como si tuviera que demostrar que él era mío. Estamos compitiendo como dos lobas.


Entonces Ana se levantó y se puso detrás de mí. Empezó a besarme el culo buscando con sus dedos mi ano, lo acarició un poco y metió su lengua, eso me hizo dar un salto y creo que mordí un poco lo que tenía en la boca. Cada vez que metía su lengua yo daba un pequeño salto y apretaba la boca alrededor del miembro de David. Era muy raro, me gustaba pero a la vez me resultaba raro tener a Ana hurgándome con su lengua por ahí detrás.


Estaba tan concentrada en lo que hacía que no me di cuenta de que David se iba a correr, así que no me dio tiempo de apartarme y lo hizo en mi boca, la sensación fue muy extraña y no pude evitar tener una arcada. Entonces sentí a Ana que acercaba su boca a la mía y me lamía el semen que caía pasando su lengua por mis labios y por mi barbilla.


No pude evitar parar y me levanté, no quería resultar desagradable pero para mí ya era suficiente.


Fui  al baño para lavarme la boca.


Cuando salí me vestí y le dije a David que debía irme  por qué se estaba haciendo tarde. Ana le dijo que no le volvería a llamar por que nunca le hacía fotos, con ironía claro.


Me vestí y cuando nos íbamos Ana se despidió de David con un beso, se inclinó hacia mí pero yo moví la cara para que me lo diera en la mejilla. No me apetecía besarla en ese momento.


Cuando nos metimos en el coche, no hablamos, yo esperaba que me dijera algo, algún comentario, pero solo podía ver en su cara una tonta sonrisa de satisfacción.


Cuando llegamos le dije:

-Bueno cielo, ha sido espectacular, pero no sé si me gusta compartirte.

-Será cuestión de repetir para ver si te gusta ¿no?

-Ya.


Salí del coche y me dirigí a mi casa, estaba agotada y a la vez pletórica. Creo que voy a tardar unos cuantos días en digerir lo he había pasado ese sábado.

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