lunes, 22 de abril de 2013

RENCUENTRO CALIENTE CON SILVIA

Cuando llegué a mi hotel lo primero que hice fue quedar con Silvia para cenar. Me dijo que tenía muchas ganas de verme y de ...comerme. Intenté poner el mismo entusiosma que ella pero lo cierto es que estaba cansado por el viaje, sobre todo por la tensión del polvo en el baño del tren.

Silvia estaba hermosa. Llevaba un espectacular vestido corto que no dejaba casi nada a la imaginación. La noté más madura que en mi último encuentro, en el verano pasado. Seguía teniendo una larga melena rubia, unos sensuales labios y unas tetas y culo de infarto. Todo en ella era exhuberante. Pero lo que más me excitaba era su manera de ser, su sinceridad sin tapujos, su forma de mirarme y comerme con los ojos.

Estuvimos hablando de todo en general: del trabajo, de la vida, de nuestras aventurillas sexuales... Por supuesto no le conté lo de mi relación con Eva,  ni mucho menos lo del menage a trois con su hermanita y la francesita.El caso es que se hacía tarde y Silvia me dijo que le apetecía irse ya a la cama conmigo.No perdía el tiempo.

Así que acabada la cena nos fuimos a su casa.En el taxi nos empezamos a morrear, un simple calentamiento pensando en lo que habría de ocurrir después. Ya en su piso Silvia me dijo que esa noche me dejara llevar, que había estado mirando posturas nuevas y que le apetecía practicarlas conmigo. Me sentí como un alumno al cual su profesora iba  ausar como conejillo de indias.

Silvia se acercó a mí y comenzó a acariciarme y a meterme mano. En pocos segundos me bajó los pantalones y magreó mi pene por encima de los calzoncillos. 

-Qué ganas tenía de hacer esto. Aún no he encontrado polla como la tuya.
-Eso se lo dirás a todos.Silvia se rio y apretó más su mano.

Después se quitó el vestido. Se agachó y quitándome los calzones comenzó a chupármela. No sé por qué mi pene aún no estaba totalmente empalmado, pero con su lengua y labios la hizo despertar. Me dejé hacer. 

Silvia se levantó y empujándome me tiró en la cama. Acabó de desvertirse y volvió a atacar mi pene. Se había olvidado del resto de mi cuerpo pues estuvo un buen rato saboréandola y recorriendo con su lengua todos los pliegues de mis huevos y de mi glande, hasta tal punto que no me pude contener y empecé a correrme en su boca.

- ¡No, aguanta, cabrón!, dijo toda enfadada, pero al ver mi cara y que no podía parar aquello, me la meneó hasta que constató que me había corrido del todo y que de ella ya no salía más esperma.

-Lo siento, dije jadeante.
-No, tonto, así aguantarás mejor lo que se te viene encima.

Sin esperar a que me recuperara Silvia se sentó a horcajadas sobre mí y metiendo mi polla en su coño comenzó a cabalgarme.Noté sus enormes tetas sobre mi pecho y cómo sus jadeos iban aumentando a medida que mi pene se recuperaba e iba ocupando cada vez más espacio dentro de su vagina.

A los pocos minutos estuvimos follando de todas las posturas posibles, no sé que tiene esta mujer pero hace que todo su cuerpo se retuerza buscando el máximo placer.


En la cama, en el sofá...
Encima, debajo...

Por delante, por detrás...

No sé cuántas veces me corrí, ni cuantas se corrió ella. Eso es lo de menos, pero con Silvia nunca se sale de vacío... bueno sólo de los huevos.

Y me quedaba aún otro día de vacaciones para pasarlo con ella..¡ufff!

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