jueves, 3 de enero de 2013

EMPEZAMOS BIEN EL AÑO

Menudas navidades, siempre me habían gustado mucho, sobre todo cuando los niños eran pequeños, pero este año..., me faltaba algo.

Desde que vi a David por última vez no había parado. Ya sabemos lo que son estas fiestas, que si cenas con los amigos, con la familia, que compra de regalos, otra vez a comer y a beber, en fin, lo de todos los años.

Este año celebrabamos la nochevieja con unos amigos, nos juntamos dos familias. Eramos amigos desde hace mucho tiempo y la verdad es que teníamos ganas de verlos. Así que allí estábamos, cuatro adultos, dos niños y dos preadolescentes intentando hacer que fuera una noche especial.

Tomamos la uvas y la verdad es que bebimos más de la cuenta, no suelo beber, pero necesitaba olvidarme del mundo y de cierta persona.

Subí las escaleras del chalet tambaleándome como si hubiera un terremoto y me dirigí a la terraza para tomar el aire y echar un cigarro sin tener que soportar la mirada recriminatoria de mi marido.


Allí estaba, sola en la oscuridad, saboreando el humo y con una leve sensación de frio. En mi cabeza solo reboloteaba David. ¿Que estaría haciendo? ¿Me echará de menos, se acordará siquiera de mí?. Miles de preguntas me venían a la cabeza. "Tal vez debería dejarle, no quiero estropear mi vida, pero sin él estaba muy vacía". Mi conciencia me martilleaba sin parar, y casi me dolían los pensamientos. 

Entonces oí cerrarse la puerta de la terraza, me giré y vi a el marido de mi amiga mirándome de arriba a abajo con una sonrrisa pintada en la cara.

-Hola Eva.
-¿Que, también has venido a fumar a escondidas?
-No la verdad es que te vi subiendo las escaleras y me pareció que querías que te siguiese.
-¿Qué?
-Bueno, hoy me he fijado que has cambiado mucho desde que nos vimos la última vez,  ese vestido...., y tu actitud, tu manera de mirarme constantemente, tu forma de insinuarte, en fin que he decidido hacer lo que llevas toda la noche pidiéndome a gritos.

Los ojos se me salían de las órbitas de lo abiertos que los tenía y casi no podía respirar, solo acerté a decir ¿qué?, en forma de gritito. Estaba alucinando.

-Creo que se te va un poco la olla, yo no te he estado insinuando nada y si algo de lo que he hecho o dicho te ha confundido, lo siento, pero no te hagas pajas mentales por que no va a pasar nada...


No pude terminar de hablar porque se acercó a mí y me cogió por la cintura con agresividad, y me plantó un beso de tornillo en todos los morros.Lo empujé, estaba tan enfadada,

-No te pases-
-Vamos mujer, nos conocemos hace mucho tiempo y siempre nos hemos gustado, además somos personas adultas y nadie se va a enterar.
-¡No te acerques a mí, o esto se va a empezar a poner feo de verdad!


Se acercaba despacio, y yo le miraba con incredulidad, ¿de verdad esta pasando esto, o es que he tomado demasiado cava?
Cuando está frente a mí mete su mano por debajo de mi vestido, mi cuerpo se tensa, decido esperar a ver donde termina la cosa. Su mano sube lentamente por mi muslo y él se muerde el labio inferior. 

-Sabía que tenias la piel suave, pero no tanto.



Con la otra mano me coge del pelo y me echa la cabeza hacia atras de forma que mi boca queda totalmente desprotegida. Mete su lengua en ella y nos besamos apasionadamente, nuestras lenguas bailan y se retuercen mientras su mano sigue recorriendo mis muslos. Su agresividad empieza a parecerme sexy, y me abandono un poco entre sus brazos dejándome hacer.


Entonces oímos cómo nos llaman desde el piso de abajo, la verdad es que era una situación un poco mosqueante.

-Bueno, creo que por ahora tendremos que posponer el polvo.
-Me tienes alucinado Eva, te llamaré un dia y lo terminamos ¿vale?
-Ya veremos si lo cojo, estoy muy liada.

Le aparté de un manotazo y se quedó allí parado, de pie, mirando como me alejaba. Mientras bajaba las escaleras solo pensaba en David, qué curioso, ni siquiera en mi marido, sólo en David, ¿Se pondría celoso si se lo contase?, seguro que no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario