lunes, 1 de octubre de 2012

ME GUSTA VERLA MASTURBARSE




Cuando Eva me mostró las esposas que había comprado pensé que iba de coña. No me imaginaba que a ella le gustasen esas cosas. Pero cuando me llevó a la cama y me esposó me di cuenta que iba en serio.

Confieso que nunca lo practiqué. Alguna vez me lo imaginé, pero con las chicas que salí nunca tuve la oportunidad de hacerlo, ni siquiera planteárselo.


El hecho de verme a merced de Eva hizo que me empalmara como un burro. Allí estaba encima de mí dispuesta a comerme… y bien que me la comió. Mi polla-caramelo volvió a sentir su contundente chupar. Estaba tan excitado que no terdé en correrme. Quería hacerlo aprovechando que Eva la tenía  en su boca, extasiada, chupándomela con frenesí. De hecho lo conseguí, lo descargué todo dentro de ella. Pensé que se iba a enfadar pero siguió como si nada . No se lo tragó, pero tampoco le hizo ascos. Lo escupió poco a poco.

Al quitarme la esposas me dijo que ahora me tocaba a mí. Así que la puse a cuatro patas. Le até las manos con una tela y después le puse un venda en los ojos.

Me levanté para contemplar la imagen. Ella supo que la estaba mirando y empezó a mover su culo sensualmente. La visión de aquellas nalgas indefensas, de aquel ojete y coño que pedían guerra me impulsó a atacar, pero no lo hice. Pensé que debía hacerla sufrir un poco. ¿De eso se trataba el juego no?

Así que silenciosamente me acerqué por detrás y empecé a darle mordisquistos en el culo y la espalda. Las cosquillas hacían que se retorciese. Después ataqué su cuello haciendo presa en él. Lanzó un gritito y abrió la boca para emitir  un placentero gemido.


Seguí lamiéndola por la espalda hasta llegar de nuevo a su culo. Esta vez metí la lengua hasta el ojete y comencé a lamerlo. Estaba dulzón. 
Eva dio un brinco como si la hubieran pinchado. Seguí lamiéndolo haciendo que se retorciese de placer.

 


Muy excitado metí mi dedo corazón en su culo, poco a poco, dilatando su esfínter hasta que lo introduje completamente. Eva jadeaba y apretaba sus nalgas intentando sentir mi dedo a tope.

Lo saqué y gimió. No pude evitar llevarlo a mi nariz y olerlo. No lo podría definir, pero me gustaba.En ese momento mi polla estaba de nuevo  a tope.


Este día me sentía muy activo. Así que me puse detrás de ella y levanté su culo, acercando mi polla a su coño. Estaba rojísimo y super lubricado.


Lo toqué con mi glande y acaricié con él la entrada de su vagina. Ella se retorcía. Puse la punta en su clítoris y comencé a restregárselo, a la vez que con mi dedo pulgar frotaba su ojete que estaba superdilatado.Eva tuvo un pre-orgasmo que anunciaba que estaba a punto de correrse, así que decidí meterle la polla hasta dentro. Aquel coño la atrapó como si fuera un lapa. Pero yo  la saqué.

-¡Nooo, no la saques ahora, métemela hasta el fondo, joder!
-Chica mala.Así no se habla. Me levanté y la dejé sola, con su calentura.
-Qué haces. Sigue.
- No, hasta que me lo pidas por favor.
-Que te den.
-¿Ah sí?, pues que te folle un pez. Salí.
-Cabrón.

Vi como Eva se daba ràpidamente la vuelta, quitándose la atadura y la venda de los ojos. Mirándome fijamente a los ojos me dijo:

-No te necesito.

Entonces empezó a masturbarse. Primero separó sus labios y comenzó a frotárselos, para poco a poco ir introduciendo sus dedos.
Verla hacer eso me excitó mucho. Pensé en acercarme y montármela.
 
-Ni se te ocurra hacer lo que estas pensando, me dijo haciéndose la enfadada.

Visto lo visto yo comencé a tocármela también., viendo cómo ella se lo hacía. Los dos nos miramos  y comenzamos a pajearnos al unísono. Así hasta que me vino el momento de la corrida. 
  
Me acerqué y lo descargué todo sobre su pechos. Esto la excitó de tal manera que siguió masturbándose hasta que se corrió… dos o tres veces. 

Me fui a la ducha, mientras ella seguía allí con sus jadeos y gemidos. Dios,cómo me gustaría ser mujer en esos momentos.




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