martes, 4 de diciembre de 2012

LLENA DE ÉL


Durante toda la semana había estado muy inquieta, solo pensaba en que llegara el sábado por fin.

Cuando desperté por la mañana salté de la cama como un muelle, no podía esperar a que llegase la tarde, no sabia por que pero solo podía pensar en David. Pero no quería, no quería colgarme de el, no quería que ocupase mis pensamientos constantemente, así que me entre tenia en hacer otras cosas, fui a la peluquería, preparé la comida e intenté relajarme a la espera de la hora indicada para irme.


Poco a poco me fui preparando, escogiendo cuidadosamente la ropa, el perfume y cuidando al máximo mi aspecto. Como siempre que iba a su encuentro me puse el conjunto negro y una medias. Pero esta vez me puse también un liguero que había comprado el otro día para darle una sorpresa. También había pensado comprarme una camisón a juego, pero pensé que mejor para otra ocasión.Poco a poco.Tenía la sensación de que el día sería decisivo para ver hasta donde podemos llegar en nuestra relación. 

Tenía pensado hablar con él, ¿hablar? ¡si estando frente a él las palabras no querían salir de mi boca, porque solo pensaba en besarle!

Mientras me arreglaba, mi cabeza iba sola, mi conciencia me decía que no debía, que lo dejara, pero en lo más profundo de mi mente sabía que no podía, aún no.

Me diri al apartamento con decisión, pensando en todo lo que quería decirle. Llamé al timbre y como siempre apareció ante mi ese hombre, nunca me fallaba. Vestido con un pantalón sólamente y con una gran sonrisa de oreja a oreja.

-Hola preciosa, tenía la sensación de que hoy no vendrías.
-¿Por qué? Le pregunté mientras avanzaba hacia él con paso seguro y mirándole a esos preciosos ojos negros.
-No sé, a lo mejor empiezas a cansarte de nuestros encuentros, sé que tienes mucha presión  en casa y a veces creo que no serás capaz de seguir con esto.

Le abracé y suspiré, era como si me leyera los pensamientos. Entonces me besó en el cuello.

-De momento, no me canso de ti, pero te estas convirtiendo en una droga y no me gusta ser Davidadicta....

Soltó una gran carcajada, como si le hubiera pillado por sorpresa.

-Bueno, solo nos queda disfrutar de el momento y que sea lo que sea, ¿vale?
-¿Y tú?, llevo toda la semana pensando en lo que puedes haber estado haciendo, en cuantas te habrás tirado, pero no me importa, en el fondo sé que al menos un día a la semana eres.....-me acerqué a su oreja y le susuré-... mío.

Me cogió por el pelo y me echó la cabeza atrás, podía ver como le brillaban los ojos. 

-De momento sí. Pero no te acostumbres, ¿vale?


Acercó su boca a la mía sin tocarla, podía sentir su aliento sobre mis labios, me besó suavemente alrededor de la boca y se me quedó mirando de nuevo, sus ojos brillaban, yo cerré los mios y le besé. Nuestros labios se tocarón suavemente y poco a poco se fueron encontrando nuestras lenguas, calientes y húmedas, deseando explorar la boca de el otro.

Fue un beso largo y cálido, no nos queríamos despegar.Entonces nos separamos y el me apartó para cerrar la puerta detrás de mi.

-Ven, tengo algo para ti.

Me cogió de la mano y tiró de mi para llevarme a la habitación, la casa estaba oscura, pero en  su cuarto había un tenue luz indirecta, la cama estaba vestida con unas sábanas blancas inmaculadas. Y encima había colocado cuidadosamente un precioso... ¡camisón de encaje negro!


Me quedé bloqueada, no me lo podía creer, ¿podía ser cierto, podíamos estar tan conectados como  para que el intuyera mis sueños?

-¿No dices nada?.Lo vi en un escaparate y solo podía pensar en como quedaría puesto en tu cuerpo, así que decidí comprarlo.
-Estoy un poco abrumada, ¿cómo sabías.....?
-No digas nada más, póntelo anda, quiero ver como te queda.


Sin decir nada más me metí en el baño, mientras me cambiaba no paraba de pensar en mi sueño. ¿Como podía ser tanta coincidencia? ¿Significa esto que estamos hechos el uno para el otro?. Mi mente me grita -Joder Eva, no flipes-

Así que intento relajarme y ponerme lo más sexy posible para David, lo que no me cuesta mucho por que el camisón es realmente impresionante. Una caida preciosa que moldea el cuerpo y marca lo justo.Respiré hondo y abrí la puerta sin salir. Vi a David nervioso dando vueltas por la habitación, por un momento me dio la sensación de que se había arrepentido de lo que había hecho.

-Ejem, ¿y bien?- llamé su atención y se me quedó mirando con la boca y los ojos abiertos de par en par.
-¡¡Guau!!,

Se acercó a mí muy despacio, con una sonrisa de oreja a oreja, como un niño que va a abrir su regalo de navidad.Por un segundo dudó en tocarme, como si al hacerlo yo fuera a desaparecer.

-Puedes tocar, no se romperá.


Me miró a los ojos, sonrió y me besó, se separó un poco de mí, para verme el cuerpo completo.

Se puso detrás y comenzó a tocarme muy despacio los brazos, pasó sus manos por el escote. Solo el contacto de su piel me ponía a cien, notaba su mano caliente y firme recorriendo mi cuerpo, pero no me quería mover de momento, quería que me lo pidiera...

Entonces posó sus manos en mi cintura, me miró y dijo:

-Realmente creo que no sabes lo impresionante que eres.


Ya no pude más, sonreí y girando me puse detrás de él, metiéndole la mano por la cinturilla del pantalón y palpando su miembro por encima de los calzoncillos. Al hacerlo David se estremeció, pude notar que ya estaba totalmente excitado.

-Pues es hora de aprender...¿me enseñas?


 


Y los dos nos fundimos en un largo, caliente y húmedo beso, mientras nuestras manos recorrían nuestros cuerpos ansiosas y rápidas, como si de repente tuvieran prisa.



Me cogió en cuello, mis piernas rodeaban su cintura y podia sentir entre mis piernas su miembro grande y palpitante, por un segundo me rozó con él, y por un segundo pude tocar el cielo. Bajádome de su cuello lo separé bruscamente de mí. Me miró con cara de extrañeza. Le dije:

- Ahora toca mirar. 



Me dirigí a donde estaba el equipo de sonido y puse música. Me puse a bailar, coqueta y sexy, contoneándome ante él, jugando con el camisón.Entonces me senté y comenzé a quitarme la ropa, lenta, sensualmente.

Al principio me entró un poco de pudor pensando que quizás estuviese haciendo el ridículo, pero el ver cómo David me comía con los ojos me quitó el miedo. Yo también estaba muy excitada, así que seguí.


Primero fue el liguero y las medias, después el camisón.

Dejé para lo último las braguitas. La mirada de David dejaba entrever perfectamente lo que estaba pensando por su mente.Me preguntaba cuánto tiempo podría aguantar sin tirarse a mí.


Me senté en el sofá y arrastrándome sensualmente hacia el suelo me ab de piernas y le dejé observar cómo metía mi mano juguetona por entre las bragas y cómo, poco a poco, me las iba bajando hasta quedar completamente desnuda, con mi palpitante coño expuesto ante él, ofreciéndoselo, casi gimiendo que se tirase a comérselo. Esperé a ver su reacción.


  
Como imaginé David entendió lo que yo deseaba y por fin, quitándose la ropa, se acercó y me levantó. Al unir nuestros cuerpos desnudos y sentir su pene contra mí me estremecí de placer. De un salto volví a ponerme en su cuello, abrazándolo con mis piernas y brazos, arañando su espalda como gata en celo, esperando que me la metiese allí mismo, ¡ya!

Pero David me sorprendió, no pensé que fuera capaz de controlarse tanto. Me bajó y recostándome en el sofá se acercó a mí  dulcemente, mientras me besaba el cuello y sus labios rozaban mi piel y de vez en cuando asomaban sus dientes y su lengua.

Deslizó su mano entre mis piernas, yo las abrí todo lo que pude poniendo una sobre su hombro, levantando la cadera para ponérselo más facil, deslizó un dedo y fue metiéndomelo delicada, suavemente.

-Joder, no se que voy a hacer contigo, empiezas a volverme loco.
-Calla y sigue- y le empujé la mano para que siguiera metiendo el dedo.

El calor se apoderó de mí, subiendo por mis entrañas, haciendo que me moviera a su ritmo y  sólo podía pensar en que por fin lo tenía dentro de mí, sólo para mí.Tuve un orgasmo, no pensé que me vendría  tan rápido, pero sí, se sorprendió.

Entonces lo empujé y  me puse encima de él a horcajadas.Sentí como me la metía sin ningún problema y di un pequeño gemido, me sentía llena, completa, el tenerle dentro era como estar en el cielo. 


Empecé a mover mi cadera despacio sintiendo cómo aquello se movía dentro de mí  y se acomodaba a cada movimiento mío, podía ver su cara, sus expresiones y eso me excitaba cada vez más.

Veía cómo se mordía el labio de placer y cómo cerraba los ojos para disfrutar de mí, su cuerpo se curvaba y sus caderas se movía a ritmo con las mías, un baile perfecto.

Sus manos recorrían mi cuerpo, ansioso de ellas, y llegaban a mis pechos, que estaban deseando recibirlas, los agarraba y amasaba y me miraba para ver mi excitación.


Yo levantaba las manos para apartarme el pelo, empezaba a molestarme, y seguímos moviendonos, asi arriba y abajo, en circulos, despacio y desprisa.

Dentro de mí sentía como crecía y palpitaba, cada vez más y mas, hasta llenarme por completo, y llegué a tener orgasmos uno tras otro, no los pude contar, venían increíblemente seguidos.


Entonces abrí los ojos. David se incorporó y se sentó en el sofá, sus ojos rebosaban excitación y su boca entreabierta buscaba la mía.Yo lo seguí y volví a sentarme a horcajadas sobre él esperando ansiosamente que me la metiese de nuevo.


Así lo hizo, ayudándose de la mano me la metió. Al sentirla otra vez dentro de mí comencé a moverme de arriba a abajo apresando con mi anhelante vagina su duro pene. Él se dejaba hacer.Yo sabía que no iba aguantar mucho. Y así fue.


En un último estertor me cogió por la cintura, y mientras me besaba, se corrió... ¡guau!, su fluido me inundaba por dentro, me llené de su calor, y grité como nunca.

Caimos los dos echados sobre el sofá y me sumergí de nuevo en su olor y en su piel. Me hacía sentirme segura, sin miedo a nada, y todo perdía su importancia.

Me sentía plena con él, aunque sabía que era una sensación fugaz y que pronto debería volver a la realidad y despertar de este sueño.



 

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